Mírame a los ojos

Mírame a los ojos
y dime que no es verdad...

jueves, 24 de febrero de 2011

le quiero tanto...

No me lo creo, aún no me lo creo, como pueden pasarle cosas malas a personas tan buenas...como de un día para otro puede cambiar tanto la vida de una persona, y sobre todo el modo de ver la vida.
Quiero pensar que todo va a salir bien, que todo se va a solucionar, pero por otro lado pienso en los dichosos -y si... y se me cae el alma a los pies. Le miro y no se si sonreirle o ponerme a llorar, porque es lo único que me apetece, llorar, llorar y que todo pase rápido, que acabe y todo vuelva a la normalidad. Nunca me pude imaginar que esto me pasaría a mi, lo veía tan lejano que no me preocupaba por pensar que eso le puede pasar a cualquiera y que le ha pasado a él.
Solo  quiero autoconvencerme pero de momento no estoy muy segura de que funcione...

domingo, 20 de febrero de 2011

un segundo con él y una vida echando de menos.

Fue un día increíble, estuvimos la tarde entera juntos, los dos, inseparables. Esa misma noche le vi, sabía lo que iba a pasar, sabia como iba a terminar todo, y así fue, la mejor noche en la playa de toda mi vida. Nos besamos, y me sentí como nunca me había sentido; estábamos solos, apartados del mundo, en nuestro propio mundo. No sé cuanto tiempo estuvimos juntos pero a mi me pareció un segundo con el y una vida a su lado.
Cuando nos quisimos dar cuenta había que volver a la realidad, y solo me dijo una cosa - ¿Te has dado cuenta de que hay luna llena?. La noche no podía ser más perfecta, ni el tampoco. Volvimos, nos separamos para poder echarnos de menos hasta el día siguiente. Lo primero que hice, hablar con ellas, estaban deseándolo tanto como yo contarlo, y me alegré, me alegré de tenerlas y de sus opiniones y de sus reproches, me alegré de tener a alguien para que me echara la bronca o me sonriera.
Y él, que ha pasado con él... todo terminó, yo me fui y el allí seguirá, estuvimos muchos días echándonos de menos, pero sospecho que yo muchos mas de los que él a mi. Pero eso tampoco me importa, se que le quería y sé que me costará querer así a otra persona, y después de tanto tiempo sin él me doy cuenta de lo que soy capaz de hacer por alguien, de que no soy diferente, de que se querer, y me gusta que me quieran. El tiempo de echar de menos ha terminado, pero en mi cabeza siempre está como la persona especial que fue, y lo especial que me hizo sentir.