Por eso, y dado que dentro 218 horas termina el año quería hacer una entrada especial, que recordara todo lo bueno y que lo malo lo dejara de lado para olvidarlo.
Y es que aunque no lo parezca ha pasado otro año más, pero este ha sido especial, han pasado tantas cosas...
Escogí las buenas amigas, las de verdad, las que son para siempre, e hice nuevas, pero es como si las conociera de toda la vida.
He pasado uno de los mejores veranos de mi vida; he cogido malos vicios, pero a mi los malos vicios me gustan.
Me he enamorado por primera vez, o por lo menos eso es lo que yo creo; he vivido momentos irrepetibles bajo la luna llena; y...si contara las veces que me he reído, reído de verdad, podrían formar días enteros e incluso semanas.
He bebido, he bebido mucho, hasta perder la cabeza, hasta reírme por la más mínima estupidez; he bailado hasta no sentir los pies, me he hecho un esguince, y a pesar de eso he seguido bailando. He cantado, mucho y mal, y he gritado hasta quedarme afónica; Me he ido de fiesta sin ningún plan en concreto y con toda la noche por delante, he dormido en más de un portal toda la noche. He fumado, he fumado mucho pero como he dicho antes, los malos vicios me gustan.
He llorado, está claro que también he llorado mucho y por muchas cosas, pero no he llorado de tristeza ni una cuarta parte de las veces que he llorado de risa.
Me he caído, pero me han ayudado a levantarme, y ellas... ellas también se han caído pero las he dado la mano y hemos seguido a delante; me he equivocado muchas veces, pero he acertado otras tantas, y he discutido y me he enfadado pero solo la mitad de veces que lo he arreglado.
Por todo esto y por tantos recuerdos que se me vienen ahora mismo a la mente quiero que el año que viene sea por lo menos tan bueno como este, porque aunque lo haya pasado mal , yo creo que para pasarlo bien, primero toca sufrir.
Por un gran año que será el 2011, estoy segura.
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